Los diez propósitos que caracterizan este ministerio:
- Dios es prioridad en la mente, en los pensamientos y el corazón de sus hijos. La adoración a nuestro Dios.
- Guiar a la sociedad al conocimiento de Jesús mediante la música.
- Dios merece el esfuerzo de sus hijos por brindarle lo mejor. Esto requiere entrega y preparación.
- La música produce una especial influencia en la mente y en la vida del cristiano. Es necesario hacer una selección cuidadosa de las obras que se abordan. La referencia espiritual para la programación se basa en Filipenses 4:8: «Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.»
- La visión de Isaías 57:15 sobre un Dios alto y sublime, pero que a la vez se acerca al necesitado, son perspectivas básicas de este proyecto. La sencillez, la humildad y la cercanía, se combinan con el respeto, la reverencia y el sentido de lo sagrado.
- La música requiere una preparación consciente:
a) Compromiso: porque es necesaria una práctica individual sistemática, así como una asistencia regular a los ensayos.
b) Dedicación: porque la ejercitación musical exige tiempo y esfuerzo. - Para el cristiano la sinceridad, modestia, honestidad y una entrega genuina a Dios alejan el orgullo o deseo de ensalzamiento propio.
- La música es también una forma de oración. Al igual que en el lenguaje, se evitan expresiones vulgares mediante el refinamiento para la alabanza y proclamación del mensaje.
- Se consideran criterios del Espíritu de Profecía para programar, actuar y evangelizar: «Nunca rebajéis la verdad a fin de obtener conversos, sino procurad elevar […] hacia la norma superior de la ley de Dios.» E.G.White -Manuscrito 7, 1900. {Ev 105.1}
- Compromiso y apoyo a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, como la iglesia remanente de Dios, promoviendo sus principios, mensaje, organización y liderazgo.